Comer para vencer al cáncer

Recomendaciones nutricionales para prevenir y superar un cáncer

El cáncer es una enfermedad genética pero producida sobre todo por una exposición ambiental, de manera que los estilos de vida juegan un papel importante, pudiendo prevenir el desarrollo de tumores o favoreciendo su aparición. En este sentido, las recomendaciones de la World Cancer Research Fund y el Instituto Interamericano para la Investigación del Cáncer (WCRF/AICR) que se recogen en Comer para vencer al cáncer pp. 29-36 incluyen aspectos relacionados con la alimentación y el mantenimiento de un peso corporal adecuado durante la vida adulta:

  • Evitar el aumento de peso y el aumento de la circunferencia de cintura durante toda la vida. Para ello conviene disminuir la densidad energética de la dieta, procurando no sobrepasar las 125 kcal/100 g. y realizar actividad física moderada al menos 30 minutos diarios y aumentar hasta llegar a 60 minutos diarios de actividad moderada o 30 minutos diarios de actividad física de mayor intensidad. Limitar el sedentarismo.
  • Reducir el consumo de bebidas carbonatadas.
  • Restringir o evitar la “comida rápida”.
  • Consumir diariamente 5 raciones (≥ 600 g.) de hortalizas y verduras poco feculentas y variadas, cereales mínimamente procesados o sin procesar y legumbres, de modo que se garantice el aporte de al menos 25 g. diarios de polisacáridos no feculentos.
  • Limitar el consumo de proteínas animales: si se consumen carnes rojas, no superar la cantidad de 300 g. a la semana y disminuir o eliminar el consumo de carnes procesadas (curado, ahumado, etc.)
  • Si se consume alcohol, no superar la cantidad de dos unidades diarias los hombres y una las mujeres (1 unidad = 10-15 g. alcohol).
  • Restringir o evitar los alimentos conservados en salazón o salmuera y los que tengan mucha sal para que la ingesta diaria sea inferior a 5 g. de sal (2 g. de sodio).
  • Fomentar la lactancia materna, ya que protege tanto a la madre como al hijo.
  • Aumentar la proporción de la población que alcance una nutrición adecuada sin recurrir al consumo de suplementos.

Buscando un patrón alimentario que responda a estas recomendaciones, epidemiológicamente se ha observado que una alimentación rica en alimentos de origen vegetal puede reducir el riesgo de algunas enfermedades crónicas relacionadas con el estrés oxidativo, entre ellas el cáncer, debido a la existencia de compuestos bioactivos que actúan en distintas fases de la carcinogénesis, interviniendo en procesos de reparación de ADN, respuesta inflamatoria, regulación hormonal, apoptosis, diferenciación celular, metabolismo de carcinógenos, etc.

Paula Jiménez Fonseca 
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