Hoy nos envía una pregunta Luis:

«Muchas gracias por el esfuerzo que realiza, doctora Fonseca, en atender nuestras consultas. Mi pregunta es la siguiente: ¿qué me puede decir y cuál su opinión acerca del consumo de hojas de Kalanchoe?

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Respuesta de la doctora Paula J. Fonseca y del doctor Alberto Carmona, oncólogo médico del hospital Morales Meseguer de Murcia, a quien desde este blog agradecemos su colaboración en este tema.

«Estimado Luis:

Ante todo quisiéramos agradecerle su rigor consultando antes de probar una planta nueva.

En esta ocasión hemos contado con la ayuda del Dr Alberto Carmona, oncólogo médico del Hospital Morales Meseguer de Murcia, para hacer un resumen de la evidencia de Kalanchoe como planta con propiedades “anticáncer”.

Kalanchoe daigremontiana es una planta con una biología extraordinaria, pues tiene la capacidad de clonarse a sí misma mediante plántulas que salen del borde de sus hojas, lo que le permite desperdigarse por su entorno. Por eso se le ha denominado “padre o madre de mil». Kalanchoe es un género usado en Asia, África y América como anti-inflamatorio, antiséptico o afrodisiaco. Se le han atribuido también propiedades curativas de diversas enfermedades a través de rumores o testimonios orales, que nunca se han documentado o confirmado de manera independiente.

Su efecto tóxico

Como el resto de plantas, los Kalanchoes contienen compuestos potencialmente bioactivos, como las bufanolidas, pero a su vez, también posee múltiples substancias tóxicas, que pueden ser muy nocivas (alcaloides, compuestos nitroalifáticos, oxalatos, nitratos, glucósidos cianogénicos…). Aunque el uso de Kalanchoe en medicina integrativa es una moda reciente, todos estos compuestos no son nuevos, sino que se conocen desde hace más de 30 años. Así, se sabe que algunos destruyen las células tumorales como cabría esperar de cualquier substancia tóxica administrada a dosis/cantidades adecuadas. Se han realizado algunos estudios preclínicos en animales con tumores, que han mostrado que los productos de la familia de las bufadienolidas podrían frenar la proliferación tumoral (Gao et al, Nat Prod Rep 2011). Si bien esto es un requisito necesario para seguir investigando, por desgracia no es suficiente, y no son los pocos fármacos activos en modelos animales que luego no han resultado útiles en seres humanos. En este caso concreto, tenemos que mencionar que se trata de compuestos muy tóxicos, lo que tienen que ser tenido en cuenta.

La toxicidad de los compuestos del Kalanchoe es bien conocida. Las bufadienolidas son tóxicos cardiacos y causan también vómitos, diarrea, estupor y coma. En varios países se han documentado muertes tóxicas atribuidas a este tipo de substancias utilizadas de manera negligente en medicina alternativa (McVann et al, South African Med J 1992; Pierach, JAMA 1996), lo que puede llegar a ocurrir incluso con una sola toma (Kostakis & Byard, Forensic Sci Int 2009).

Experimentos de toxicidad realizados en aves de corral mostraron que el extracto de Kalanchoe era venenoso. Las hojas de estas plantas mostraron toxicidad a una dosis de entre 8 y 12 mg/gr de peso corporal causando depresión, descoordinación muscular, temblores, convulsiones y muerte (Williams & Smith, Am J Vet Re 1984). En veterinaria se considera que la ingestión de pequeñas cantidades de planta de Kalanchoe es una de las causas más frecuentes de intoxicación letal por daño cardiaco en perros, gatos domésticos (Milewski & Khan, J Vet Emerg Crit Care 2006), y también en ganado (Masvingwe & Mavenyengwa, J S Afr Vet Asso 1997). Dada la elevada toxicidad, se ha propuesto el uso de estas substancias como insecticidas (Supratman et al, Phytochemistry 2001).

En definitiva, como el resto de las plantas y organismos naturales, el género Kalanchoe contiene múltiples substancies como las bufadienolidas, que podrían tener o no interés en la terapia contra el cáncer. Este beneficio no ha sido demostrado aún, y en todo caso se trataría de un beneficio incremental, probablemente no muy diferente del obtenido en la actualidad con la quimioterapia. Dada la ausencia de datos de eficacia, pero sobre todo debido a la extremada toxicidad que estos compuestos han demostrado poseer, desde aquí no le recomendamos este tipo de preparados como medicina alternativa para pacientes con cáncer, sugiriéndole siempre que consulte todas sus dudas con los especialistas encargados de la materia.

A considerar

Como reflexión final que deseamos compartan tanto los pacientes como los cuidados, es importante huir de la información sensacionalista, de los casos anecdóticos o milagrosos. Es entendible que deseemos apoyarnos en ellos pero antes habría que hacerse estas preguntas:

• Si me hablan de mejorías espectaculares con un compuesto me debo preguntar, ¿qué les ocurrió al resto de decenas de pacientes que han consumido esa planta y de los que no se sabe nada?
• Los pacientes que mejoraron tomando Kalanchoe, ¿estaban recibiendo simultáneamente quimioterapia u otro tratamiento integrativo al que atribuir la mejora?
• Si es tan potente su efecto, ¿por qué no se ha extendido su uso?

Por favor, no dejen que nadie haga negocio de su sufrimiento, su deseo de mejorar ni de su labilidad emocional por el cáncer.

Recuerde que la medicina y la naturaleza está llena de alimentos y compuestos con propiedades saludables bien documentadas como la cúrcuma + pimienta, el rooibos, el té verde, el shitake/maitake/reishi, las semillas de chia/sésamo. Le animo a combinar estos con su dieta diaria.

Paula J. Fonseca y Alberto Carmona

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