Después de una comida o cena copiosa, es bueno asegurar la ingesta de agua y alimentos depurativos como las verduras y frutas.
Se debe comenzar el día bebiendo un vaso de agua templada con el zumo de un limón y el aceite obtenido al machacar un diente ajo.
Desayuno
Una pieza de fruta cítrica: naranja o kiwi.
Pan o cereales integrales, no refinados, preferiblemente avena.
Yogur o café.
Media mañana
Zumo obtenido mediante licuado de zanahoria, apio, perejil, remolacha, manzana y otras verduras a gusto.
Comida
Preferiblemente antes de iniciar la comida o bien como postre, 1-2 rodajas de piña natural que se puede sustituir por una pieza de fruta de temporada.
Menestra de verdura o ensalada variada a la que se puede añadir queso fresco, huevo cocido o marisco. Entre las verduras incluir cebolla, ajo y apio.
30 gramos de pan integral.
Merienda
Infusión de rooibos. Pieza de fruta: manzana.
Cena
1º plato: sopa o puré de verduras (calabaza, zanahoria, tapioca, cúrcuma y pimienta).
2º plato: pescado al horno o tortilla francesa.
2 yogures naturales.
30 g. pan
Al acostarse: infusión con pasiflora/espino blanco, melisa y/o valeriana.
Alimentos con pocas calorías para enriquecer platos: setas, champiñones, puerros, espárragos, apio, pepino, nabo, alcachofas, lechuga, verdura de hoja verde, cítricos, manzana.
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