Hoy nos escribe Fuencisla:
«Tengo 51 años y soy paciente oncológica por un tumor en la mama izquierda triple negativo no metastásico. Me acaban de dar la quinta de un total de seis sesiones de quimioterapia que tengo programadas.
Me gustaría saber si puedo tomar un fármaco que me prescribió el ginecólogo que se llama Gineseda y lleva isoflavonas de soja. Empecé a tomarlo hace 2 años. Me dijo que era el más completo. La verdad es que a mí me funciona porque gracias a él descanso perfectamente y no tengo apenas molestias, quitando algún que otro «calor».
He leído en Internet que con el tipo de tumor que tengo, al no ser hormonodependiente, no habría problema alguno, pero también que no es recomendable. Mi oncóloga no lo tiene claro porque ella no es nutricionista. Pero ante la duda, me dijo que no lo tomara. Como el fármaco lleva lúpulo, me favorece el descanso, que es fundamental para el tema de las defensas. Al llevar dos noches sin tomarlo, noté que no descansé. La noche pasada lo tomé y he podido dormir bien.
Aunque mi oncóloga me lo desaconseja, también me gustaría saber si los complementos de herbolario tales como los hongos y el reishi son buenos para las defensas y si es recomendable o no consumirlos. ¿Podrías orientarme al respecto?
Los pacientes nos encontramos muchas veces desorientados y ello ocasiona incertidumbre, porque no hay una doctrina unificada al respecto. Creo que en los centros de tratamiento debería haber gabinetes y equipos multidisciplinares de oncólogos y nutricionistas que trabajaran conjuntamente para solucionar todas nuestras dudas y crear un ambiente de seguridad y confianza, fundamentales para el estado de ánimo.
Muchas gracias. Un saludo»
Respuesta de la doctora Paula J. Fonseca:
«Estimada Fuencisla,
Voy a intentar aportar algunas luces sobre las dudas que plantea.
Las pacientes que están superando un cáncer de mama o ya lo han pasado, suelen tener síntomas menopáusicos que interfieren con su calidad de vida, fundamentalmente los sofocos.
Lo más prudente es sobrellevarlos con medidas higiénico-dietéticas como la pérdida de peso, el empleo de ropa fina de algodón, las duchas con agua fresca y las comidas ligeras. Con ello no se logra controlarlos, pero sí reducir su intensidad.
Cualquier terapia hormonal sustitutiva (reposición estrogénica) parece poco recomendable en mujeres con cáncer de mama, dado que tienen un riesgo más alto de un nuevo tumor en la mama contralateral. Esto se debe a que las alteraciones genéticas y la exposición a carcinógenos como el exceso de estrógenos suele persistir y por tanto, las causas del primer cáncer continúan, pudiendo favorecer otro. Además, el segundo cáncer no siempre es similar al previo, es decir, una mujer con un cáncer triple negativo puede desarrollar un cáncer distinto con receptores hormonales o sobreexpresión de ErbB2.
Los fitoestrógenos, estrógenos presentes en plantas medicinales como la soja, la alfalfa o las espinacas, podrían ser una alternativa. Su concentración de estrógenos es menor y se acompañan de otras propiedades saludables. Aun así, los expertos no se ponen de acuerdo y por ello, la mayoría de médicos que atienden a pacientes con cáncer de mama no recomiendan el consumo de soja. Sin embargo, es posible que tu oncóloga sí vea adecuada la toma de espinacas y alfalfa y quizás sus fitoestrógenos puedan ser más saludables que los de la conocida soja. Por ello, te animo a consultarle esta alternativa. Así mismo, no debes olvidar cómo se recoge en Remedios naturales para síntomas habituales que la alfalfa es una extraordinaria fuente de aporte de calcio, mineral que tanto se altera en mujeres con cáncer de mama y menopausia precoz.
El lúpulo puedes consumirlo, en infusión o extracto, igual que la pasiflora, lavanda, melisa y valeriana buscando un efecto relajante o para conciliar el sueño. No es necesario combinarlo con otras sustancias.
Las plantas medicinales son un interesante campo a investigar y consumir. La mayoría de ellas están llenas de propiedades para la salud. Sin embargo, es importante conocer las interacciones con fármacos y enfermedades para evitar riesgos innecesarios ya que, aunque vienen de la naturaleza, esto no implica que sean seguras. Por ello, debes estudiar y consultar en fuentes de rigor la cantidad y el modo de consumo.
Los hongos como Shiitake, Maitake, Coriolus versicolor y Reishi son muy usados en Asia por pacientes a tratamiento con quimioterapia porque potencian el sistema inmune. En nuestro país están disponibles en grandes supermercados y en herboristerías. La mayoría de estudios publicados son de pacientes con tumores digestivos, pero también se han investigado en cáncer de mama con publicaciones científicas en revistas destacadas, que recogen el beneficio claro aunque modesto de estos hongos en mujeres que los tomaron mientras recibían tratamiento con quimioterapia y/o radioterapia: Wan JM y col. Int J Oncol 2008;32(3):689-99; Morimoto T y col. Eur J Cancer 1996;32A(2):235-42; Iino Y y col. Anticancer Res 1995;15(6B):2907-11 y Toi M y col. Cancer 1992;70(10):2475-83.
Para concluir, quería comentar que no sólo los pacientes os encontráis muchas veces desorientados, porque no hay una doctrina unificada al respecto de las plantas medicinales y el papel de ciertos alimentos en la historia de un cáncer. Los profesionales sanitarios también lo estamos, ya que no siempre existe información e investigación segura y de confianza para muchas recomendaciones. Además, es un campo del que la mayoría opinan y solo unos pocos saben.
Le animo a seguir por esta línea y a llevar a la práctica todas aquellas recomendaciones serias, honestas y de calidad que redunden en su salud».
Paula J. Fonseca