Las lesiones cutáneas hiperpigmentadas pueden transformarse en melanoma y existen cambios que nos hacen sospechar la degeneración maligna.
Regla ABCDE:
Las campañas de sensibilización a la población han conseguido transmitir un importante mensaje: hay que acudir al dermatólogo cuando aparece una lesión oscura en la piel sospechosa o cuando se detecta una modificación de un lunar ya existente. Teniendo en cuenta que el 87% de la población española tiene lunares, es necesario intentar distinguir cuándo es una lesión de riesgo mediante la regla ABCDE, que describe las cinco características principales que permiten sospechar la transformación a melanoma:
A (Asimetría): lesión cutánea asimétrica. Los lunares son redondos y simétricos.
B (Bordes imprecisos): los lunares tienen bordes regulares por lo que si observamos una mancha irregular debe sospecharse un melanoma.
C (Color cambiante): el color de los lunares es marrón oscuro o claro, pero homogéneo; si las tonalidades cambian debemos acudir al dermatólogo.
D (Diámetro superior a 6 mm.): los lunares suelen ser más pequeños que los melanomas.
E (Elevaciones papulosas en su superficie): el espesor de un lunar es mínimo, si aumenta su grosor, debemos sospechar la existencia de un melanoma.
Aunque las 5 características anteriores son las más aceptadas, existen otras 3 que también pueden ayudar al diagnóstico de melanoma:
Familiar: presencia de algún otro lunar en la periferia del primitivo.
Grosor: diferente según la zona, zonas donde ha desaparecido una parte del lunar y otras de gran espesor.
Hemorragia: sangrado de color oscuro.