La principal causa del cáncer de estómago es la obesidad y mantener una dieta rica en alimentos precocinados, en salazón y pobre en frutas y verduras.

Por ello, seguir una alimentación saludable contribuye a prevenirlo, y una vez ya se ha diagnosticado comer alimentos saludables puede mejorar el sistema inmune y la evolución de la enfermedad.

Se debe intentar seguir una dieta mediterránea y, si se tienen dificultades para digerir los alimentos, se pueden tomarlos triturados en purés y/o batidos.

La dieta mediterránea, como se recoge en nuestro libro Comer para vencer al cáncer incluye:

1.Aceite de oliva virgen: 4 cucharadas/día

2.Verduras: 2 raciones/día, primer plato de la comida y cena

3.Frutas: 3 piezas/día, preferiblemente una de ellas un cítrico y otra una fruta de temporada

4.Frutos secos: 30 g/semana (7 nueces o 20 almendras a la semana)

5.Legumbres: 3 veces/semana – se pueden mezclar con verduras y tomarse en la comida de medio día

6.Pescado azul: 3 veces/semana preferiblemente en la cena

7.Carne: mejor ave, 2-3 veces a la semana preferiblemente en la comida

8.Evitar: bebidas azucaradas y carbonatadas

9.Evitar: mantequilla, margarina y nata

10.Evitar: bollería industrial, galletas y pan blanco (refinado)- máximo 1/semana

Los dulces y las harinas no son adecuados, deben sustituirse por frutas (el mejor dulce) y cereales o pan integral, los dos alimentos más adecuados de los fabricados con harina.

Se debe ingerir 1.5 l de agua al día e infusiones y hacer algo de ejercicio ligero cada día, por ejemplo una caminata de 10-15 minutos porque, aunque se esté cansado por el cáncer, la actividad física aporta mayor fortaleza y ánimo.

Paula Jiménez Fonseca

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