La cúrcuma es una planta perenne oriunda de Asia y utilizada para dar color y sabor al curry y para teñir tejidos.
Sus propiedades antitumorales se conocen desde la antigüedad, pero ha sido en los últimos años cuando se han llevado a cabo la mayoría de estudios científicos que han confirmado con unanimidad dichas propiedades. Así, actualmente se la considera uno de los alimentos con mayor beneficio para prevenir y combatir el cáncer.
Los tumores en los que está mejor estudiado el potencial antitumoral de la curcumina y otros compuestos de la cúrcuma es en cáncer de intestino delgado y grueso (colon), mama, próstata, páncreas, pulmón y estómago.
La cantidad diaria recomendada es de unos 500 mg. 2-4 veces al día de las raíces en fresco o en polvo. Se puede ingerir mezclada con un vaso de leche y se puede aplicar sobre la piel.
Sus principales indicaciones son los problemas digestivos, hepáticos y el cáncer. Además, actúa:
- Favoreciendo el riego sanguíneo, previniendo la arteriosclerosis y la trombosis.
- Contribuyendo a reducir los niveles de lípidos, colesterol y triacilglicéridos.
- Reduciendo el dolor muscular, reumático, lumbar y ciático por su efecto antiinflamatorio.
- Mejorando la vista y las enfermedades de la piel como psoriasis y eccemas.
No debe tomarse durante el embarazo, si existe obstrucción de la vía biliar, antes de una cirugía ni en personas con trastornos de la coagulación o a tratamiento con fármacos antiagregantes o anticoagulantes.
Paula J. Fonseca
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