Hoy nos escribe Santiago:
Veo que el origen de su libro es la colaboración en la alimentación que recibía una paciente con un cáncer de vías biliares. Mi hermana ha sido diagnosticada con el mismo y le acaban de realizar una cirugía. Ayer salimos del hospital después de 3 semanas ingresados. Querría preguntarle por la alimentación que debe seguir a partir de ahora.
Gracias por su ayuda.
Respuesta de la químico experta en nutrición Belén Álvarez:
«Estimado Santiago:
Voy a comentarte la importancia de la alimentación en este tipo de tumores, pero más que como una química especialista en nutrición, me gustaría hacerlo de una manera más cercana, como hija de una enferma, como alguien que te entiende perfectamente puesto que se lo que estás pasando.
No existe nada mayor que el amor a tu familia, en este caso tu hermana. Así que estoy segura que harás todo lo posible para que salga adelante en este caso con uno de nuestros mayores placeres: la comida. Para los pacientes, por el contrario, suele dominar la desgana cuando llega la hora de sentarse a la mesa necesitando un empujón y un poco de nuestra paciencia para que esos momentos que se convierten en duros puedan llegar a ser medianamente placenteros. En nuestra sociedad se lucha día a día contra la obesidad, en este caso, un enfermo de cáncer lucha por todo lo contrario: al menos, no perder más peso.
Para empezar, la alimentación tiene que ser equilibrada y sobre todo muy variada. Mi experiencia es que mi madre se cansaba pronto de comer lo mismo dos días seguidos, existen mil y una anécdotas donde incluso sacábamos parte de humor y le decía irónicamente: “mamá, ¡¡¡pero qué sibarita te has vuelto!!!”
Luego está otra parte muy importante: hay que mimar al paciente y también la elaboración y el aspecto final del plato porque la vista es por donde empezamos a comer, antes que por la boca. Adorna los platos con alimentos coloridos y disponlos en el plato con originalidad. Siempre que les apetezca algo, aunque no sea lo más sano, darles un trocito muy pequeño para que tengan ese sabor en la boca, pero no más porque puede sentarles mal y luego lo poquito que avanzaron en dos días lo pueden perder en recuperarse de ese malestar.
Otro aspecto muy importante: los horarios. Que sea siempre más o menos las ingestas a la misma hora. Ella comía poca cantidad pero repartida en 5, e incluso 6 pequeñas tomas. Es aconsejable empezar el día con alimentos secos, tostadas o galletas poco aceitosas, evitar los alimentos lácteos enteros, la bollería industrial y los zumos de frutas ácidas, recordando distribuir la alimentación en pequeñas comidas frecuentes a lo largo del día sin mezclar en la misma platos calientes y fríos
Al perder peso en este tipo de tumores donde la desnutrición y la malabsorción son una de sus principales características, se hacen muy necesarias las proteínas para mantener la masa muscular. Estos nutrientes son esenciales para reparar los tejidos dañados tanto por el tumor como por los distintos tratamientos. Hay que asegurar una buena ración proteica diaria, esto es clave. Dentro de las proteínas tenemos los pescados, carnes, legumbres como lentejas (estas deben ir acompañadas de cereales como el arroz para que el aporte de nutrientes sea completo) o el alimento proteico por excelencia que tantas posibilidades tiene: el huevo. Este puede prepararse en tortilla francesa (muy socorrido en las cenas, al menos en nuestro caso), revuelto, etc. En el caso de mi madre y en prácticamente todas las personas siempre es más fácil de digerir el pescado y el pollo que la carne roja (esta la preparaba más o menos una o dos veces a la semana guisada). Estos alimentos deben acompañarse con pan resultando energéticos y muy nutritivos.
En cuanto a los postres dulces (esto va en gustos de cada persona y también de según qué momento del día) pueden hacerse no azucarados ya que es mucho más saludable. En este caso iba un poco por temporadas: las de los yogures 0% de materia grasa, a los que les añadía por ejemplo unas fresas, requesón con un poco de miel y nueces (estas durante toda su enfermedad las tomó a media mañana). Y luego otro caso anecdótico y es que estuvo una semana que yo la llamé “la del antojo del arroz con leche” (siempre casero, nunca industrial), recuerdo perfectamente como durante esos días subió de peso, ella estaba más fuerte por toda la energía que este alimento contiene y su sabor le resultaba muy agradable. También están las natillas y los flanes, pero de todo cuando tenía alguna náusea lo que más le refrescaba y le sentaba al estómago eran los helados, los yogures naturales o el kéfir edulcorados con estevia que además ayudan a mejorar el sistema inmune por las bifidofacterias que contienen. Ya que he hecho hincapié en los lácteos es muy importante que mire la tolerancia a la leche, en cualquier caso siempre la podrá sustituir por ejemplo por la leche de almendras o de arroz, muy ricas y digestivas. Por supuesto nunca olvidar la fruta, eso sí, siempre la de temporada. En el caso de la manzana que disponemos de ella todo el año yo siempre la preparaba en compota, mucho más digestiva y más sabrosa (es importante los sabores porque si está con algún tipo de tratamiento, este es uno de los sentidos que más cambia y lo que antes podía encantarle ahora quizá no le resulte tan rico).
Todo esto es a base de ir probando e investigando si tolera los alimentos. Si algo funciona yo te recomendaría no cambiarlo.
En cuanto a las verduras, se las añadía a cualquier guiso: siempre ajo y cebolla cocidos. La zanahoria, puerro y calabacín suelen sentar muy bien; quedando en el lado opuesto el pimiento, las coles, las verduras de hoja verde y el tomate. La patata es imprescindible, intenta que la tome acompañando el plato de proteínas, siempre cocida o en puré de patata, más sabrosa y fácil de digerir.
La forma de cocinar siempre muy suave y “poco elaborada”, los purés son muy bien tolerados y alimentan, en el caso del de calabacín con un par de quesitos light sin grasa, se pueden añadir unas pipas de calabaza o unos trocitos de pan integral y así será un plato un poco más completo y energético que es lo que al fin buscamos.
En cuanto a las grasas, esta quizá sea la parte más problemática, en este tipo de tumores tienen que estar muy limitadas puesto que son de muy difícil asimilación. Las que ingería eran las buenas, es decir, siempre cocinaba con aceite de oliva virgen extra.
Recuerda que la alimentación se convierte en un aliado en la batalla contra la enfermedad y que el ambiente durante las comidas, distendido, cercano y comprensivo mejora la tolerancia.
Te felicitamos por compromiso y te animamos a seguir al lado de tu hermana durante toda la enfermedad».