Comer para vencer al cáncer

El papel del kéfir en el cáncer

Los alimentos probióticos, entre los que se encuentra el yogur, el kéfir y la leche fermentada, son aquellos que llevan incluidos «microorganismos vivos», los cuales permanecen activos en el tubo digestivo, ayudándonos a tener una flora intestinal equilibrada.

Estos alimentos «funcionales» nos aportan grandes beneficios, entre los que la doctora Fonseca destaca:

  • Potenciar nuestras defensas, nuestro sistema inmune, protegiéndonos frente a las infecciones
  • Cuidan nuestro colon de las sustancias tóxicas de las heces, protegiéndonos frente al cáncer de colon
  • Fortalecen nuestro intestino si se ha dañado por la ingesta de antibióticos, protegiéndolo de la diarrea por estos u otras sustancias
  • Ayuda a mejorar los síntomas causados por colitis, colon irritable, úlceras

En Comer para vencer al cáncer se incluye el yogur y sus propiedades en el Top 10 de alimentos anticáncer.

Cómo hacer kéfir

 

Una amiga de la doctora Fonseca, María José, le ha facilitado la información necesaria para preparar el kéfir, «algo que su madre lleva haciendo años y que generosamente ha compartido con otras personas y les ha regalado  entre las que me encuentro, yo he incorporado el kéfir a mi cena diaria», nos explica.

Recomendación de consumo: desayuno y/o cena mezclado con fruta.

Preparación: Se necesita un colador de un tamaño grande y no debe de ser metálico, los de plástico son los  más apropiados.

Compra hongos de kéfir y ponlos en un tarro de cristal junto a la leche durante 24 horas.

Transcurrido ese tiempo, se pasa el contenido del tarro que debe ser de cristal por el colador y va cayendo la leche kefirizada a un bol.

A continuación, los gránulos del propio kéfir que quedan en el colador se lavan muy bien con agua, se sacude el colador para eliminar toda la humedad, se echan de nuevo en el tarro y se le añade leche para comenzar el nuevo proceso.

Con los días aumenta de tamaño y se puede regalar parte a otras personas.

Periodicidad: El proceso hay que repetirlo a diario. Las propiedades cambian si el tiempo de reposo es mayor pues se va acidificando.

Conservación: a temperatura ambiente, unos 20ºC. En la nevera se ralentiza el proceso. Se puede congelar, si vas a estar una temporada fuera o sin usarlo, hay que intentar que este muy escurrido de agua, luego se descongela y al ponerle la leche se activa de nuevo.

Lo mejor para conservarlo es en un recipiente de cristal como el que se muestra en la imagen.

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