Hoy nos escribe Toni:
«En enero me operaron de un carcinoma de mama: mastectomía y vaciado axilar, un solo ganglio infectado, RE 100% y RP 100%. Me realizaron Oncotype. Riesgo de recaída 10. Me encuentro dentro de un ensayo clínico y estoy en grupo de hormonoterapia. Femara y zoladex 10.8 trimestral. Tuve una TVP en el brazo y tomo síntom. Mi oncóloga me dijo que llevara vida normal.
Yo, totalmente despistada, empecé a indagar por Internet y di con usted. Cuido mucho mi alimentación, pero al ser mi cáncer hormonodependiente he dejado de tomar alimentos de origen animal: leche, yogur, quesos, mantequillas, huevos y carnes rojas. Sí tomo pescados y pollo ecológico. ¿Qué opina usted de esto? También me gustaría saber su opinión sobre las infusiones de Malta.
Muchísimas gracias por su atención».
Respuesta de la doctora Paula J. Fonseca:
«Estimada Toni,
Ante todo quisiera felicitarte por tu compromiso por cuidar tu salud y alimentación para reducir el riesgo de recurrencia de tu cáncer de mama.
Quisiera insistirte a ti y a todas las pacientes que estáis en la misma situación que el mayor factor de riesgo en relación con la dieta en tumores hormonodependientes es la obesidad. Las mujeres, fundamentalmente después de la menopausia, producen estrógenos en la grasa.
Por ello, una dieta saludable, el ejercicio físico y el evitar la obesidad serán tus grandes aliados.
Los alimentos que comentas los vamos a clasificar, como lo hemos hecho Belén y yo en Comer para vencer al cáncer, en grupos según su calidad:
- Recomendable su consumo: yogures, queso fresco y huevo. Estos alimentos tienen gran cantidad de nutrientes de alta calidad por lo que no debes dejar de tomarlos.
- Consumir con moderación: carne roja, leche. La carne roja es mejor sustituirla por, como bien nos indicas, carne blanca o de caza y pescado azul, y si son ecológicos estarán tratados con piensos naturales con menor contenido en hormonas.
- Evitar: mantequilla.
En relación con la información contradictoria sobre la leche de vaca, no se ha demostrado con rigor científico que las hormonas que contiene, consumida en una cantidad adecuada, 2-3 vasos al día o su equivalente (1 vaso de leche = 2 yogures = 125 g queso fresco), se asocie con mayor riesgo de cáncer. Expertos en nutrición e investigadores de Harvard recomiendan eliminar la leche y lácteos de la dieta debido a que “un alto consumo aumenta el riesgo de padecer cáncer de próstata y cáncer de ovario”. El contenido en hormonas de la leche de vaca es alto y por ello, parece que podrían actuar sobre tejidos hormonodependientes como los de la próstata, mama y ovario.
Estos cánceres, próstata, ovario y también el de útero y mama son hormonosensibles y de hecho, uno de los tratamientos que se les administra es el bloqueo hormonal. Por ello, la ingesta de alimentos con altas concentraciones de hormonas podría favorecer el crecimiento de estos tumores aunque esto todavía se debe demostrar.
En todo caso, insistimos, la ingesta en cantidades habituales, 2-3 vasos al día de leche semidesnatada, aporta calcio y vitamina D en cantidades adecuadas y la restricción de los lácteos podría asociarse con déficit de ambos.
La leche de arroz, avena o soja es más digestiva que la de vaca, estando indicadas en personas con déficit de lactosa o intolerantes. Estas leches aportan otras propiedades saludables.
Por otra parte, la leche no debe tomarse durante la comida ni la cena porque dificulta la digestión de otros alimentos. Su consumo debería hacerse en desayuno y a media tarde.
Si decides no tomar leche, la puedes sustituir por yogur, kefir o queso fresco en cantidades equivalentes (ver arriba).
Mucho ánimo y fortaleza para mantener constancia y compromiso».
Paula J. Fonseca