Hoy nos escribe Lucía:
Buenos días:
Mi madre padece de cáncer de pulmón con metástasis en su cabeza y huesos. Ella tiene 58 años y nos indicaron que es inoperable. Me gustaría saber qué alimentos y hierbas le pueden ayudar a mejorar su estado, ya que incluso al momento está con radioterapias y posteriormente le realizarán quimioterapias.
Muchas gracias.
Respuesta de la doctora Paula J. Fonseca:
Recuerde que, mientras recibe quimioterapia, puede dificultarse la ingesta y, en ese caso, se puede recurrir a los batidos de los que puede encontrar múltiples ejemplos en entradas previas de este blog.
Los batidos se elaboran con 4 ingredientes:
- 1 YOGUR
- FRUTA: zumo de un limón, un plátano o fresas,
- 3-4 galletas maría
- una cucharadita de aceite de oliva
En los momentos que tenga más facilidad para comer y más apetito es importante recurrir a los alimentos básicos de la dieta mediterranea que, por sus propiedades antitumorales, se recogen en el TOP 10 del libro Comer para vencer al cáncer:
- Coles, por ser ricas en flavonoides, glucosinatos, índoles e isotiocianatos (brócoli, coles de Bruselas, coliflor, rábanos, nabos y lombarda). Si no las tolera cocidas se pueden preparar en puré mezcladas con patata, calabazin o calabaza y la mejor hora para su consumo sería en la comida de medio día.
- Ajo y cebolla, por sus múltiples propiedades anticarcinógenas pero también antiinflamatorias, antisépticas, antihipertensivas y protectores frente a enfermedades cardiovasculares, neurológicas y articulares. Deben incluirse en todos los primeros platos que se preparen mezcladas con otras verduras o como guarnición o aliño de carne y pescado.
- Verduras rojizas, que son ricas en carotenoides como el licopeno (tomate, calabaza, zanahoria, pimiento rojo). El tomate, pimiento y la zanahoria se pueden consumir crudos en ensalada y la calabaza es un alimento ideal para consumir en puré en la cena.
- Cítricos, por su alto contenido en vitamina C y por su efecto antioxidante (limón, kiwi, naranja, pomelo y piña). Son el alimento ideal para comenzar el día, tomados antes del desayuno.
- Verduras de hoja verde que contienen clorofila (repollo, espinacas, lechuga, acelga, escarola, apio, berros, canónigos, puerros). Se pueden mezclar con otras verduras y consumir crudas o en puré tanto en la comida como en la cena. Debemos consumirlas cada día.
- Frutas rojas y frutas silvestres que son ricas en vitaminas antioxidantes: A, C, E, vitaminas que previenen el envejecimiento y en betacarotenos y polifenoles que les dan su color característico (granada, melocotón, albaricoque, papaya, cerezas, uvas, ciruelas, sandía, mora, arándanos, frambuesa y la fresa). Estas frutas deben consumirse como postre en la comida de medio día o mezcladas con yogur en el desayuno o merienda.
- Setas como shitake, reishi y maitake, que contienen sustancias que potencian el sistema inmune. Se pueden consumir en la cena en revuelto mezcladas con huevo.
- Pescado azul, que además de minerales como yodo, selenio y proteínas de alta calidad, contiene grasas poliinsaturadas y omega 3 que ayudan a regular los niveles de colesterol (sardina, boquerón, anchoa, trucha, atún, bonito, caballa, salmón, anguila, arenque, cazón, congrio, chicharro, emperador, pez espada, lambrea, palometa). El pescado azul a veces no se tolera bien así que debe tomarlo como segundo plato en la comida solo si a ella le sienta bien, sino puede sustituirlo por frutos secos o semillas de chia, lino o calabaza que también aportan omega 3 y se pueden tomar en puñados o mezclados con yogur y fruta.
- Yogur, kefir o queso fresco y pan integral, deberían ser la base de su alimentación los días que tenga nauseas, vómitos o diarrea y en ese caso se pueden mezclar con plátano y limón o fresas.
- Aceite de oliva virgen extra crudo. Acostúmbrese a utilizarlo para aliñar las verdurasAdemás, debe beber agua o infusiones como el te verde o roiboos.
No olvide que, aunque se note cansada y sin fuerzas, asociar a la dieta algo de actividad física y una actitud basada en un buen afrontamiento y espíritu de lucha, es importante.
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Ante todo, recordarle que debe seguir los consejos de su doctor hematólogo en todo momento. Él conoce a la perfección la enfermedad, los efectos de los tratamientos y los riesgos. Tenga especial precaución con los alimentos crudos si su hijo desarrolla neutropenia pues, aun lavando los alimentos y empleando lejía existe el riesgo de infección a través de estos. Por tanto, en caso de neutropenia mejor cocer la verdura y dársela en puré en vez de en batido. Además, cocida la digerirá mejor, aunque es cierto que se perderá algo el aporte vitamínico.
El colon recibe 1,5 litros al día de secreciones del tracto digestivo, pero con las heces sólo se eliminan unos 0,150 litros de líquido al día, el resto se absorbe. La resección total o parcial del intestino grueso puede comprometer su capacidad de absorción y hacer que el volumen de las heces aumente y varíe su consistencia y composición, lo que puede ocasionar desequilibrios y pérdidas de agua, sales, minerales y otros nutrientes. Inicialmente, estos cambios se intentan evitar o mejorar mediante modificaciones en la dieta y habitualmente el peso de los pacientes está dentro del rango de normalidad y en estos casos, personas sin desnutrición, la administración de una nutrición adaptada o con suplementos no aporta claros beneficios.
el consumo de: fibra insoluble, verduras flatulentas o muy fibrosas como las de hoja verde, legumbres, cereales integrales, guisantes, espárragos, frutos secos, cebolla, fritos, rebozados, embutidos, pescado azul o marisco, alimentos muy calientes o muy fríos, leche, chocolate, cacao, repostería, zumos de frutas, bebidas carbonatadas y con gas, salsas comerciales.



Los pacientes que tienen dificultades para ingerir alimentos deben masticarlos bien para evitar tragar trozos enteros de comida y para facilitar las digestiones.

De todos los lácteos, los preferibles son los yogures, el kéfir y el queso fresco. Por contra, debemos evitar la nata, la mantequilla y no tomar más de 1-2 vasos de leche al día. Es un grave error sustituir el agua por leche.

Es importante tener en cuenta que los pacientes con cáncer del tubo digestivo, concretamente cáncer de colon, a los que no se ha resecado (operado) el cáncer tienen riesgo de que este pueda dificultar la salida de las heces.